Son muchos los factores que se requieren para poder decir que una experta es una vidente recomendable o no. Cuestiones como la honestidad, el trato, la cordialidad, la veracidad de sus vaticinios, el valor de sus consejos e incluso cómo nos encontremos nosotros, son factores determinantes a la hora de decidir si la sesión ha merecido la pena.
En principio, se podría hablar de varios momentos que determinarán nuestra experiencia con la vidente: desde un punto de vista personal, quisiera esbozar tres momentos:
Llamar ahora – 806 430 877
Pagar con tarjeta – 93 122 04 22
- En primer lugar “el antes”. Suele ocurrir que, a veces, nos creamos expectativas sobre lo que vamos a experimentar e incluso podemos llegar a creer que todos nuestros problemas se solucionarán con una llamada o una visita al vidente. Según Tarotistas.ES: «El vidente recomendable ayuda, orienta y aconseja, pero hemos de ser conscientes que la solución está siempre en nosotros, en nuestro estado mental, anímico y, obvio, en las decisiones que tomamos».
- El “durante”. En este sentido, hemos de sentirnos cómodos y ver cómo la persona a la que preguntamos, verdaderamente nos está ayudando. Nos fijaremos en la consistencia de sus respuestas y de sus consejos. Es importante, además de lo que transmite, cómo lo transmite y las sensaciones que ello nos aporta. Personalmente, he descubierto que lo optimo, siempre, es una buena opción las consultas por teléfono: son inmediatas, discreteas y somos nosotros los que decidimos cuándo llamar, sin tener que desplazarnos ni esperar una cita que quizá nos queda demasiado lejos. Verdaderamente no es el canal lo que hace que un vidente sea recomendable o no, son las propias videntes, las propias personas. Personalmente a mi me han ayudado más aquellas personas que me han descolgado el teléfono, videntes de verdad, han sabido aconsejarme y ver partes de mi futuro en las que no había deparado, cambiándome para mucho mejor la vida. Sin embargo, podría contar un par de malas experiencias con dos tarotistas que tenían un gabinete físico y sus consejos y sus formas denotaban que eran tan solo dos desaprensivas que poco o nada tenían de vidente.
- El “después”. Opino que cuando colgamos el teléfono, repito, han sido siempre videntes telefónicas las que mayor paz, serenidad y certeza de futuro han aportado a mi vida, por ello es que confío ciegamente, una vez colgado el teléfono debemos ser “personas distintas”. Debemos ser mejores con nosotros mismos, con una paz interior que nos aporte un sentido y una valoración de la vida y de las cosas y, evidentemente, una información y también algunos consejos sobre lo que nos preocupa o sobre nuestro futuro.
Vidente recomendable con consulta telefónica
Personalmente, creo que, como decía al principio, son muchas las cuestiones que hacen que podamos recomendar una vidente o no. Elementos como si es “vidente natural” o la definición de los vaticinios, la profundización y el porcentaje de aciertos, el trato, la cercanía y proximidad, el cómo nos dice las cosas, la paz que puede aportar, la demostración de que es una verdadera vidente sabiendo cosas, por el teléfono y por nuestra voz, que no le hemos dicho, etc.
En fin, son muchos los elementos que definen a una buena vidente y sin embargo, hay uno esencial sobre todos ellos: nuestra experiencia con ellos. Es, precisamente, nuestra relación y la experiencia que nos aportan lo que hace que sean recomendables o no. (Diario 16)
Personalmente yo recomendaría precisamente estos videntes, como cliente asiduo que soy y agradeciendo la oportunidad que me han dado, quiero reconocerles el mérito, la paciencia, la cercanía y la inmensa ayuda que me han prestado en distintas ocasiones. Siempre me han ayudado, me han orientado y sobre todo, me han regalado algo que otros jamás me habían brindado: me han dado una paz interior, una iluminación que me ha permitido recuperar la esperanza y una auto-confianza perdida hace tiempo.
Por ello mi agradecimiento y mi recomendación.